domingo, 8 de agosto de 2010

UNA LECCIÓN A LOS TERRÍCOLAS (historia alternativa)

Había un planeta llamado Pandora, donde todo era alegría, paz y felicidad. En ese planeta todos los habitantes vivían tranquilos alejados de las envidias y los odios, disfrutando de la naturaleza que los rodeaba y sobretodo cuidándola.
Los pandoranos eran conscientes de todo lo bueno que la naturaleza les brindaba; sus tierras, sus plantas, sus aguas, en fin, todo aquello que en conjunto les daba vida. Pero había en todo el planeta Pandora un árbol en especial, al que ellos casi adoraban, porque era el más grande y frondoso de todos, aquel les ofrecía muchos frutos. En honor de aquel árbol se armaban colosales fiestas, pero nunca terminaban en borracheras o malos actos, porque ellos eran personas muy sanas y pacíficas.
Mientras todo eso se vivía en Pandora, al otro lado existía un planeta llamado Tierra, aquel planeta estaba plagado de seres llenos de odio y envidia, los cuales vivían una vida desenfrenada, sin importarles nada, ni siquiera el planeta donde habitaban, es por ese motivo que estaban en medio de una gran contaminación, donde las aguas estaban sucias y casi escasas y los árboles tenían las raíces podridas, debido a tanto auto que botaba humo y la despreocupación de los terrícolas que todo lo tiraban al piso; así también los terrícolas eran personas hedónicas, que solo pensaban en el placer del momento, nunca pensaban en su futuro, ni el futuro de sus descendientes.
Así trascurrían los días de los terrícolas, hasta que un día de pronto se quedaron sin agua y sin más árboles los cuales les dieran frutos para alimentarse, todo aquello era producto de la gran contaminación que ellos mismo habían provocado. Los terrícolas estaban desesperados pues el hambre y la desesperanza se apoderaban de sus cuerpos.
Ya muchos días habían pasado ellos sin agua y sin alimento , hasta que se enteraron de la existencia del Planeta Pandora y sobretodo que en él había abundante agua y frutos de los árboles, por ese motivo decidieron realizar un plan de ataque y prontamente invadirlos para así no mueran de hambre, así al tercer día, bien armados deciden viajar mediante varias de las tantas naves voladoras que ellos habían fabricado y llegar hasta el planeta Pandora, donde cargados de armas iban a enfrentarlos con el afán de quitarles todo lo que tenían allá y poder “volver a la vida”.
Ya en planeta Pandora empiezan a lanzar fuego y los pandoranos se asustan mucho y empiezan a correr hacia su árbol, el cual tanto protegían y piden a uno de sus representantes que vaya a hablar con los invasores. Entonces Elías, el mayor representante de los pandoranos, se dirige hacia los atacantes y hablándoles fuertemente pide establecer un dialogo con el máximo representante del ataque terrícola, así ambos se disponen al dialogo, entonces Elías se llega a enterar de las intenciones y la causa de la invasión, y le propone dejar todo por la paz y que ellos les van a ayudar con alimento y agua con la condición de que sepan apreciar a la propia naturaleza que les da la vida y el alimento.
Así ambos planetas terminan felices y desde ahí el planeta Tierra aprendió la lección de que no todo en la vida es placer y que el futuro si importa.

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